“El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo
Iratxo saboreó esta frase, como si fuera una fruta amarga y dulce a la vez. No le costó mucho entender el sentido de la misma porque enseguida la identificó con su vida de duende solitario. Pensó después en la forma de vivir de los humanos a los que esta reflexión iba dirigida. Como ya conocía bien a muchos hombres y mujeres, consideró que en la mayor parte de los casos la tribu, es decir el grupo, la masa, absorbía a los individuos como si fueran gotas de agua en un lago de tonos grises y azulados. No quiso precipitarse en su juicio .....