Protágoras afirmó:
“El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son.”
Iratxo leyó despacito y por tres veces la frase, empezó a darle vueltas y vueltas a esa afirmación en su coco de duende, refrescó en su memoria cuanto había conocido de Protágoras y de los sofistas, pensó en la Atenas democrática de Pericles en la que Protágoras había realizado sus enseñanzas y por fin exclamó: .......
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