“Obreros, tratad de comprender bien esto: la ley que esclaviza a la mujer os oprime también a vosotros hombres proletarios”
Iratxo apreció enseguida el valor de esta frase. Aunque él vivía felizmente libre en la soledad del bosque y en correrías por el mundo, era consciente del sufrimiento humano y conocía el sometimiento de la mayoría de los hombres y la doble servidumbre de las mujeres. Fue la solidaridad lo que le movió a dialogar a su manera con Flora: Seguramente Flora, tu no puedes sospechar que yo siendo duende .....
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