
Como todos los días, me dirijo a la residencia de mi padre,
lugar donde pasa los últimos días de su vida. Es un lugar triste y desolador, se
refleja en las personas que se encuentran allí, sentadas, con la mirada perdida,
y rostros cansados, muy cansados; sin embargo, mi padre es feliz. Esta mañana su cuidadora me ha enviado una foto; en ella,
mi padre comparte el sofá con una señora delicada y elegante, se miran amorosamente
mientras se entrelazan sus manos..........
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