El cuaderno 230 de Cristianismo y Justicia, de José Laguna, titulado “Para qué sirve llorar”, me ha hecho reflexionar y lo expongo a continuación.
Hablar de Dios, se me antoja un atrevimiento desmedido. No en vano dijo Isaí as (55.8s.) sobre Dios: Mis caminos no son vuestros caminos, ni mis pensamientos son vuestros pensamientos, cuantos son los cielos más altos que la tierra, tanto están mis caminos por encima de los vuestros”. Pero cometeré la desvergüenza de hablar sobre ÉL.
0 comentarios:
Publicar un comentario