Cuentan que en junio de 1815 el todavía no tan
supermillonario Rothschild fue el primer londinense en saber que Wellington
había derrotado a Napoleón en Waterloo: gracias a un sistema personal de
comunicación de palomas mensajeras y correos a caballo, pudo adelantarse a
conocer la noticia antes que el Rey y el propio Gobierno británico. El manejo
de aquella información le permitió ganar una inmensa fortuna, para ello tuvo
que hacer alguna trampa. Al conocer la noticia vendió compulsivamente sus bonos
del Estado británico, transmitiendo al mercado londinense la impresión de conocer
que Napoleón había ganado la batalla. Las cotizaciones cayeron por el suelo y
se dispuso a comprar a precio de saldo. A los dos días llegó la noticia de la
victoria de Wellington a Londres y se disparó la euforia bursátil con lo que el
habilidoso y tramposo Rothschild multiplicó su fortuna. Esta historia ......
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